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Había una vez, una hermosa joven con el pelo color cobrizo que poseía una voz melosa y engañosa, su cuerpo con sus insolentes y violentos movimientos, arriba de un escenario cargado de erotismo y morbo.
Contemplando su bello y excitante espectáculo, increíblemente húmedos y extasiados, caídos en los estragos del exceso y el sexo.
Una cálida humedad en los sexos, duros y palpitantes, ansiosos de satisfacer las fantasías más obscenas y perversas en una cama, en la bebida y la noche. Perdidos entre las ondas y la música, vieron luces y experimentaron un placer tal, que hasta Dios deseo yacer en su cama y en sus cuerpos.
Y hubo una noche para todo eso y más…
por: Tuluz