Maltrecha y descocida
tirada en un rincón
llorando en silencio
escondida por los recuerdos.
Ni muerta, ni viva
sin poder ver el sol
acunada en su desolación
guarda amor.
Sueña con amores
incapaces de sentir
que se transforman
y se acobijan en el cojín.
Cuerpo de frágil material
sin consistencia ni ostilidad
no entiende de emociones
que se desprenden de sus transmutaciones.
Junta polvo por afán
sirve de almohada para el animal
cantándole al oso de mazapán
anhelando volver amar.
Alguien podría quizás
zurcir su alma
y hacerle una vasta a su cuepo
con sobras de tiras rotas.
Nadie sabe coser
y junto a ella quedaron
el hilo, la aguja y el dedal
las tijeras se perdieron entre sus lagrimas.
Y las estrellas bailaron sin parar
y la luna maldijo al sol
y el sol madijo al amor
y el amor no toca las cosas rotas.
por: TuLuz